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DOS RESULTADOS

Actualizado: 29 mar 2020

TEXTO: Hechos 8:4-39

4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.

6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.

7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;

8 así que había gran gozo en aquella ciudad.

9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande.

10 A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.

11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.

12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan;

15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;

16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

19 diciendo: Dádme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.

20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.

22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;

23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.

24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.

25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.


Felipe y el etíope

26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.

27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,

28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.

29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.

30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?

31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.

32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca.

33 En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. m

34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?

35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?

37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.

39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.

40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.


INTRODUCCION

En el aspecto ideal, nos encantaría que cada persona que se convierte a Cristo, tenga un cambio automático y su vieja naturaleza ya no intervenga nunca más, pero en la realidad lo que nos enseña la Biblia es que no siempre es así, y que a algunos nos lleva más tiempo ir renunciando a nuestra vieja naturaleza que a otros.

Evangelio

Cuando Saulo persigue a la Iglesia, después de la muerte de Esteban, los creyentes salen de Jerusalén y van esparciendo el evangelio a los lugares donde se dirigen. v4

Aún en la adversidad los primeros cristianos allí donde estaban hablaban de su Salvador.

Fíjense que específicamente dice en el verículo 5 que Felipe predicaba a Cristo. Esto y sólo esto es lo que predicamos cada vez que exponemos la Palabra de Dios, y si alguien quiere oír otra cosa, no está en el lugar correcto, porque será lo que predicaremos siempre!

Precisamente el evangelio, no habla de otra cosa que no sea Cristo.

El siendo Dios se hizo hombre naciendo como un niño en Belén, vivió en la tierra para cumplir con toda la ley, y entregó su vida muriendo en nuestro lugar, para que nuestros pecados sean perdonados y la separación que había entre Dios y los hombres se rompa, resucitó y está vivo, y la única manera de poder reconciliarnos con Dios es arrepintiéndonos, o sea volviendo a Dios, al creer de todo corazón que lo que hizo Jesucristo es suficiente para ser salvos.


Felipe y Simón

- Felipe, fue para una ciudad llamada Samaria. v.5

Esta era una gran ciudad ubicada en una región del mismo nombre en el medio de Israel, entre Galilea al norte y Judea al sur, donde se encuentra Jerusalén.

- Los samaritanos eran menospreciados por los judíos porque tenían mezcla con pueblos paganos, e incluso un templo en su propia región en el cual iban a adorar a Dios.

Allí Felipe, predicó el evangelio y mucha gente se convirtió, v.12

- Entre ellos había un “mago” llamado Simón, que era samaritano,v.9

- Se hacía pasar por un grande v.9-11

Engañaba a la gente con sus trucos, y decía que ese era el poder de Dios, en realidad fue muy famoso en aquella época, incluso hay textos antiguos que hablan de él, y que dicen que él mismo se hacía pasar por Dios, o Mesías.

- Simón, así como mucha otra gente, también creyó en Jesucristo y se bautizó v.13

- y luego siguió con Felipe v.13 y estaba siempre con él.

- Pero su conversión estaba mas apoyada en las señales y milagros que veía, v.13, (estaba atónito, asombrado), y en sus emociones y las de la gente v.8 que realmente en el fundamento de la Palabra de Dios.

- Aunque se había convertido, todavía habían pecados de su vieja naturaleza con los que luchaba v.21 su corazón no era recto delante de Dios

Pedro le dice en el v.23 que todavía tiene amargura y un vínculo con la maldad, la palabra traducida como prisión, también significa vínculo, atadura, o sea que está atado todavía a la maldad, y le dice arrepiéntete v.22, “metanoia”, cambia de mente, y ruega a Dios para ser perdonado.

Aunque el apóstol Pedro, pone en duda la verdadera sinceridad del corazón de Simón. Le dice que quizá Dios le perdone. Seguramente pensando que en realidad la conversión de Simón fué con el objetivo de tener más poderes mágicos, al ver los milagros que se producían en Samaria junto con la predicación del evangelio.v.7

Aunque vemos en el v.24 que pide ayuda y oración no hay una declaración escrita en el pasaje de su arrepentimiento, ni se nos vuelve a mencionar otra vez algo sobre él, en la Biblia.


Felipe y el Etíope

- Dios manda a Felipe a un lugar desierto, muy al sur, por debajo de Jerusalen, para hablarle a una sola persona.v.26-27

- Un etíope, eunuco, funcionario de la Reina.v.27 (Candace era el título de las Reinas madre de Etiopía, así como César en el imperio romano, Faraón en Egipto) y que tenía gran responsabilidad ya que se encargaba de todos sus tesoros.

Un eunuco es un hombre castrado. En los libros de Levítico y Deuteronomio, se los excluía de la congregación de Jehová, ya que se consideraba una imperfección, tampoco era una práctica en Israel castrar a los funcionarios del rey, sino que era una práctica de los pueblos extranjeros.

Este hombre del cual no sabemos su nombre, era de Etiopía, en Africa.

La tradición judía en Etiopía es muy antigua, hay una comunidad judía ancestral que se llama “ Beta Israel” (Casa de Israel) y que en ese tiempo ya existía y hay varias teorías de sus comienzos, entre ellas una es que son los desendientes de la Reina de Saba y Salomón.

Un etíope de cultura judía, que seguía algunas de las tradiciones y los preceptos judíos, v.27-28 : venía de adorar en Jerusalen y estaba leyendo las Escrituras.

El pasaje que está leyendo en ese momento v.32-33 es de Isaias 53:7-8 es una profecía escrita 700 años antes, y que hacía poco se había cumplido, aunque esto el etíope no lo sabía aún, en el que habla del sufrimiento y la muerte del Mesías:

7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Seguramente si nos hubieran dado a elegir un versículo nosotros hubiéramos preferido el v.5 como punto de partida:

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Pero Dios hizo que Felipe partiera de los versículos 7 y 8 en los que habla de la humillación y muerte del Mesías, donde habla de él y no de nosotros.

- El eunuco, basó su fe en la Escritura, y en la predicación del evangelio. v.35

no había emociones, no había señales ni milagros, creyó por la predicación del evangelio a través de lo que dice la Palabra de Dios.

- Se bautizó con una convicción firme de quien es Jesucristo v.37-38 comprobada ante la pregunta de Felipe que quiso asegurarse de que la decisión de bautizarse no se basaba en una emoción del momento, como probablemente se basó la decisión de Simón.

- Aunque no siguió estando con Felipe, siguió adelante gozoso v.39

Luego no se nos habla mas de él en la Biblia, pero es evidente por su alegría que su vida había cambiado completamente desde el momento de su conversión.

Etiopía tiene una historia cristiana muy antigua, la más antigua de Africa, que se considera remontados sus comienzos desde la conversión de este funcionario y que continuaría a lo largo de la historia a través de la influencia de grandes hombres de Dios, incluso actualmente es un país de mayoría cristiana. Por lo visto este eunuco dejó huellas de su conversión en la historia de su país.


Dos conversiones, dos resultados

- Felipe le predica el evangelio a los dos

- Simón en una gran ciudad, el etíope a solas

- los dos eran extranjeros menospreciados por la cultura judía, para Dios y sus siervos no hay acepción de personas, todos tienen la misma oportunidad

- Simón “se hacía pasar por un grande” engañando a la gente, el etíope era un grande, era un importante funcionario de palacio

- Ambos creyeron en Jesucristo y se bautizaron

- Simón continuó estando un tiempo con Felipe, el etíope enseguida se marchó solo

- Simón basó su conversión en sus sentimientos, el etíope en las Escrituras

- Simón seguía con ataduras y amargura después de su conversión, el etíope se fue gozoso, alegre


Conclusión

Simón y el etíope aceptaron al Señor como su Salvador y Señor personal, pero su proceso de crecimiento espiritual fue diferente.

Tu crees que Jesús es el Hijo de Dios, como lo hicieron Simón y el etíope?

Y si no es así, porqué no entregarle tu vida a Cristo hoy?

En esa época en el momento en que decidían seguir a Cristo, se bautizaban, así que como dijo el etíope, que impide que sea bautizado? Nada impide que le entregues tu vida a Cristo hoy mismo.

Pero aún habiendo entregado su vida a Cristo, a Simón le quedaban ataduras a las cuales tenía que renunciar.

No nos desanimemos si vemos que aún hay cosas por cambiar después de nuestra conversión, lo importante es que creamos con todo nuestro corazón, como el etíope.

Tampoco nos desanimemos si hay hermanos que todavía tienen cosas por cambiar, Dios está completando su obra en nosotros, y a medida que nos damos cuenta de las ataduras que todavía nos aprisionan, tenemos que ir renunciando a ellas por medio del arrepentimiento, de la metanoia, del cambio de nuestras mentes por el poder de Jesucristo, como le dijo Pedro a Simón

El etíope tenía una base sólida que le ayudó en su crecimiento, el estudio de las Escrituras. Conocer la Palabra de Dios nos ayuda a tener gozo, a saber si nos estamos equivocando en algo para cambiarlo, a no depender de otros para continuar con nuestro crecimiento espiritual. Simón necesitaba seguir con Felipe para aprender, el etíope como estudiaba las Escrituras ya no lo necesitaba, porque aprendía directamente de la fuente.

Que estos ejemplos nos inspiren hoy: el ejemplo de Felipe, que predicaba a Cristo, y estos dos hombres que se convirtieron, Simon que aunque seguía atado tenía una nueva oportunidad de cambiar y el eunuco que siguió gozoso su camino.



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