TEXTO: 1 Corintios 3:9-16 RV1960
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
INTRODUCCION:
Todos hemos oído hablar de la famosa Torre inclinada de Pisa, en Italia, y precisamente esa inclinación se debe a una mala cimentación.
A través de la historia y hasta nuestros días han caído muchos edificios debido a deficiencias en los cimientos; el más reciente caso fue hace pocos días en Miami, por ejemplo, donde murieron casi un centenar de personas.
Todos sabemos, y especialmente los que trabajan en ese gremio, que un buen cimiento es fundamental para una construcción, porque si no toda la estructura puede venirse abajo.
El edificio de Dios
Pablo utiliza el ejemplo de un edificio, para explicar algunos temas espirituales en este capítulo:
1) Somos un edificio v.9
3) Hay una construcción v.12-15
4) En el edificio hay un habitante v.16
1) Somos un edificio v.9
Para este punto, me parece útil y muy esclarecedor comenzar leyendo la siguiente versión de este texto:
1 Corintios 1:2 La Palabra (España)
2 a la Iglesia de Dios reunida en Corinto. A vosotros que, consagrados por Cristo Jesús, habéis sido elegidos por Dios para ser su pueblo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor suyo y nuestro.
Pablo, le está escribiendo una carta a la Iglesia de Dios reunida en Corinto.
Y a continuación da una explicación de quienes conforman la Iglesia:
- Los consagrados por Jesucristo, o sea apartados y dedicados a Dios por Jesucristo, los santificados.
- Elegidos por Dios para ser su pueblo, llamados a ser santos, a estar apartados para Dios, no mezclados con el mundo.
- Junto con todos los que invocan el nombre de Jesucristo, y no sólo los de Corinto, sino con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo como Señor, esto es como el dueño de sus vidas. La Iglesia de Dios no se limita a la congregación, o a la iglesia local de un lugar determinado, la Iglesia de Dios abarca a todos los creyentes, en cualquier lugar, por eso dice la Iglesia de Dios reunida en Corinto.
Pablo, le está hablando a personas que han sido apartadas para Dios a través de Jesucristo, y que reconocen que Jesucristo es su Señor.
A esos Pablo les dice que son un edificio de Dios.
No a los que creen que Dios existe, no a los que asisten todos los domingos a la iglesia, no a los que nacieron en un país o en un hogar “cristiano”, sino a creyentes convertidos, a discípulos, a seguidores de Jesucristo, porque han respondido al llamado de Dios entregándoles sus vidas a Jesucristo y permitiendo que El sea su Señor.
El apóstol Pedro dice que los que han hecho esto son “piedras vivas” de este edificio de Dios. 1 Pedro 2:5
Y tanto Pedro como Pablo, nos dicen que a la vez que nosotros formamos el templo de Dios, nosotros mismos también somos edificados espiritualmente. Ef.2:21-22
2) Tenemos un cimiento v.10-11
Este edificio tiene un cimiento sólido, un fundamento sobre el que se apoya toda la construcción, y este cimiento está apoyado sobre una roca principal.
Dice Efesios 2:20
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Jesucristo es la piedra viva principal, donde se apoya todo el fundamento sobre el cual Dios construye Su Iglesia. 1 Pedro 2:4
Sobre la Roca hay un cimiento.
En los evangelios Pedro hace una declaración, una confesión, y Jesús deja bien claro que sobre esas sinceras palabras de Pedro se apoya el fundamento sobre el cual El construye Su Iglesia
La piedra principal o piedra angular, es una piedra fuerte, resistente inamovible, una roca.
Y esa roca es Jesucristo, y los que reconocen, como Pedro, que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, con todo lo que eso implica, forman parte de ese edificio de Dios. Mateo 16:13-20
Y ese fundamento es el que afianzaron los apóstoles en un principio, como arquitectos que se encargan de poner los cimientos, de sentar las bases firmes donde se apoyará toda la estructura.
Y esta labor la hicieron por la gracia de Dios, como dice Pablo, un regalo que Dios les dio y una obra que El mismo les encomendó, no basada en sus propios pensamientos, ni en su propia sabiduría, sino en el poder y revelación de Dios. 1Cor.2:4
3) Hay una construcción v.12-15
Dijimos que Jesucristo mismo es la Roca angular, donde se apoya el cimiento, los apóstoles nos dejaron el fundamento de sus enseñanzas reveladas por Dios, y Jesucristo mismo edifica Su Iglesia con los que le reconocen como su Señor y Salvador, como el Cristo (Mesías) así como lo declaró Pedro. El agrega cada día las piedras vivas a la construcción. Hechos 2:47
Sobre el cimiento hay una construcción.
Pablo nos dice que los creyentes somos partícipes en la construcción, así como los apóstoles fueron colaboradores en la colocación de los cimientos, nosotros cual obreros o peones de obra también construimos.
Pero lo que construimos no siempre está hecho con los materiales adecuados, o de la mejor calidad.
Podemos construir con materiales resistentes, duraderos y de buena calidad, como el oro, la plata o piedras preciosas.
O podemos construir con materiales efímeros, degradables y poco valiosos, como la madera, el heno o la hojarasca.
El día del Juicio Final, esa construcción será pasada por el fuego, y probará que tipo de material hemos usado.
Nos dice que, si el material usado no fue bueno, no perderemos la salvación, sino que nos quedaremos sin recompensa.
La salvación eterna de nuestras almas, no depende de nuestras obras, es el resultado de la obra de Jesucristo y El en su gracia nos la da sin ningún precio. Ese el cimiento. Pero sobre ese cimiento podemos construir de una manera correcta o incorrecta.
La sabiduría de Dios y la sabiduría humana
El contexto de estos 3 primeros capítulos de la carta a los corintios, es el tema de la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres, por lo que podemos afirmar que:
- La sabiduría de Dios es el oro, la plata y las piedras preciosas. 1Cor.1:24-25
En Su Palabra tenemos toda la revelación de sus pensamientos y de Su voluntad, y debemos ceñirnos a ella sin agregar o quitar nada. Y Su Palabra nos da testimonio de la Roca, en la cual tenemos vida eterna. Jn.5:39
- La sabiduría de los hombres es la madera, el heno y la hojarasca. 1Cor.2:19:2
La sabiduría de los seres humanos es volátil, efímera, cambiante, se basa en los propios pensamientos, es débil y no puede pasar la prueba de fuego porque se quema, no persiste.
Nadie puede alcanzar la vida eterna por seguir los pensamientos de ningún pensador, nadie puede llegar a agradar a Dios por sí mismo.
Se han levantado muchos pensadores en la Iglesia a lo largo de la historia, cada uno con “su verdad”, incluso se han producido guerras, muertes, y divisiones por causa de esos sabios pensamientos, debido a la intolerancia de los seguidores de estos estudiosos pensadores.
Pero justamente Pablo esta reprendiendo a los creyentes de Corinto, porque algunos están aplicando sus pensamientos y sabiduría en la iglesia y están causando divisiones.
Están construyendo con ramitas encima de la Roca.
Las motivaciones no están siendo las correctas.
Hagamos un autoexamen, y analicemos como estamos construyendo cada uno de nosotros, como nos anima Pablo en esta carta. v.10
Hoy en día en las iglesias se hacen muchas actividades, pero, ¿cuál es la motivación?
¿Ser un predicador con muchos seguidores? ¿Tener un edificio lleno? ¿Qué haya mucha asistencia a las actividades? ¿Entretener a la gente con conciertos, obras de teatro, comidas, picnics?
No digo que estas actividades están mal, sólo digo que analicemos la motivación de cada una de ellas.
Tal vez después de toda una vida de servicio a Dios, cuando pasemos por el fuego no quede nada, ¡y salgamos todos chamuscados y llenos de hollín, sin nada de valor que haya quedado!!!
Hay un propósito en la edificación:
Tanto Pablo, (Ef.2:21), como Pedro, (1Pedro 2:5), nos dicen que el propósito es edificar un templo en el que los creyentes crezcan espiritualmente y sirvan a Dios.
La misión de la Iglesia es hacer discípulos, Mt.28:19 y anunciar las virtudes de aquel que nos llamo de las tinieblas a la luz. 1 Pedro 2:9
El entretenimiento lúdico y la labor social, son actividades que se deben realizar para mostrar el amor de Dios a través de las obras, y deben ser instrumentos para realizar la labor principal de la Iglesia que es evangelizar y edificar espiritualmente a la Iglesia. Todo lo demás se quemará. Stgo.2:18
Incluso evangelizar y enseñar, si no está hecho sobre las bases de la integridad y la sabiduría de Dios, son obras que se quemarán en el fuego, y el que las realizó se quedará sin su recompensa en el día final.
4) En el edificio hay un habitante v.16
Hay un edificio, construido sobre unos cimientos, con una Roca angular, y con rocas vivas que lo conforman, ese edificio constituye un Templo en el que habita Dios.
Esto implica que en cada uno de los creyentes que conforma ese edificio habita Dios, porque nuestro Dios no habita en templos hechos por manos humanas. Hechos 17:24
Somos todos juntos y cada uno en particular, un templo, somos Su Iglesia, donde habita el Espíritu Santo. Ef.2:22 y 1Pedro 2:5
CONCLUSION:
A través de la sabiduría humana, y de las motivaciones incorrectas, que esta sabiduría promueve, no podemos edificar a la Iglesia de Dios, todo eso son como ramitas secas que se queman ante la sabiduría de Dios, no perduran, no tienen valor.
Hagamos un autoexamen cada uno,
En primer lugar, pregúntate si estas edificado sobre el fundamento firme, sobre la Roca: Cristo Jesús
En segundo lugar, ¿estás edificando con oro, plata, piedras preciosas? ¿están tus motivaciones apoyadas en la sabiduría de Dios, revelada en Su Palabra o están apoyadas en la sabiduría humana?
Sólo Dios y tu conocen las respuestas a estas preguntas, pero tu tienes la responsabilidad ante Dios de responder a lo que El te esté mostrando ahora.
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