Una vara saldrá del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces. Isaías 11:1
En la casa donde vivía antes tenía una higuera que fue alcanzada por una peste. Las ramas estaban débiles y se quebraban fácilmente. Empecé por cortar las ramas enfermas, pero resultó que toda la planta estaba afectada. Corté y corté hasta que sólo quedó la raíz. Para mi sorpresa, al año siguiente volvió a brotar, creció y dio unos higos maravillosos. Uno de los símbolos litúrgicos utilizados en el adviento es un brote que surge de un tronco cortado hasta la raíz, aparentemente sin vida y sin esperanza. Este símbolo se basa en la profecía de Isaías que anuncia que un vástago, o retoño, saldrá de las raíces de Isaí, del linaje de David. Este descendiente estará lleno del espíritu de Dios, hará su voluntad y traerá la justicia y la verdad por medio de su Palabra. Jesús es el cumplimiento de esa profecía. Jesús es el que brota de ese tronco que ya no tiene esperanza. La humanidad es incapaz de generar justicia y verdad. Se guía por las apariencias y los rumores. Carece del espíritu de inteligencia y temor a Dios que la guíe y le enseñe la verdad. En su misericordia, Dios viene a traer la justicia por medio de Jesucristo. Un brote que crece y trae el fruto de la justificación a todo el que cree. El corazón en el cual nace este brote se vuelve un corazón nuevo. No importa cuán viejo, destruido, débil y apestado esté. Cristo puede generar en él vida nueva y llenarlo de esperanza. Cristo vino y sigue viniendo para hacer brotar la justicia y la verdad en nuestro corazón. Este pequeño brote de la fe traerá ricos y nuevos frutos a nuestra vida. Gracias, Señor, por cumplir tus promesas, por traernos la justicia y la verdad. Que la fe brote en muchos corazones desahuciados necesitados de esperanza. Amén. Para reflexionar: * ¿Qué haces cuando has perdido la esperanza en alguien? * ¿Por qué crees que Dios sigue manteniendo su esperanza en nosotros? * ¿Cómo puede la fe en Jesús enseñarnos a vivir en justicia y en verdad? Rev. Omar Roberto Weber
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