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La paz verdadera

TEXTO: Juan 14:27-31 (RVR1960)


27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.


INTRODUCCION:


El mes pasado, en septiembre, se celebró el “Dia Mundial de la Paz”, una fecha que determinó la ONU por los años 80, y el símbolo utilizado es el de la paloma con la rama de olivo en el pico, que hace alusión a la paloma que volvió al arca de Noé tras encontrar tierra, siendo popularizado por el pintor Pablo Picasso.


La paloma blanca con la ramita de olivo, estar tumbados en una playa paradisíaca, o en un bosque o una montaña contemplando el paisaje en silencio, tal vez es lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en la paz.


En este capítulo todavía se encontraba Jesús hablando con sus discípulos en la última cena. Les habló de muchos temas, pero antes de terminar de cenar y ya marcharse, les habló de la paz, pero no les habló nada acerca de estas cosas que se nos han venido a la mente a nosotros con la palabra PAZ.


¿Qué es la paz?


- Para la gente que vive en los 10 países que se encuentran en guerra en la actualidad, como Yemen, Irak, Siria, etc. la paz significa que ya no haya bombardeos, escasez, falta de libertad; en fin, la paz para ellos, sería vivir como vivimos nosotros aquí, en España, donde podemos hacer proyectos, nuestros hijos estudian, y salimos a tomar algo sin temer a que nos caiga una bomba en la cabeza en cualquier momento.


- Para los que trabajan muchas horas y muy duro, tener paz, significa poder tomarse vacaciones y disfrutar de su tiempo libre, sin presiones ni obligaciones.


- Para los que sufren violencia de género, para los niños maltratados, para los trabajadores explotados, para los que tienen una mala convivencia familiar, tener paz significa salir de ese ambiente enfermo.


- Actualmente, se hace énfasis en que el éxito a nivel económico o social traerá la paz, si logro tener una casa tendré paz, si tengo un buen trabajo estaré tranquilo, si mi situación financiera es holgada podré descansar, si soy un “influencer” de las redes sociales famoso podré tenerlo todo …


- Y para muchos tener paz, significa poder dejar de batallar con pensamientos y sentimientos, culpas, dolor, que torturan su corazón todo el tiempo y de los cuales no pueden escapar ni un segundo, porque vayan donde vayan esos pensamientos y sentimientos les acompañan.


Dos tipos de paz


Por definición, tenemos dos acepciones de paz:


- Hay una paz que consiste en que dos o más partes dejan de estar enfrentadas,


- y hay otra paz que consiste en la tranquilidad mental de una persona o una sociedad.


1) Paz = no enfrentamiento


Este sería el caso de los países en los que no hay guerras, allí hay paz.

O en las sociedades en las que no hay enfrentamientos violentos por temas político-sociales

O ataques de las guerrillas, o terroristas.


También sería el caso de familias en las que las relaciones interpersonales son sanas.


Paz con Dios


Pero hay un distanciamiento que enfrenta a dos posiciones y las coloca en lados opuestos sin posibilidad de conciliación.

Es la falta de paz que hay entre Dios y los seres humanos.

Cuando los seres humanos decidieron apartarse de Dios, dejó de haber paz entre nosotros y Dios. Ver Génesis.


Sólo por la iniciativa de Dios pudimos recuperar esa paz.


Romanos 5:1

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;


Sólo a través de Jesucristo es que podemos hacer las paces con Dios.

Ninguna buena acción, ningún esfuerzo de nuestra parte podrá jamás reestablecer la paz con Dios.

El tomó la iniciativa y nos amó primero, puso a nuestro alcance la forma de poder ponernos en paz con El, si venimos a Cristo y le entregamos nuestra vida a El, nuestros pecados son perdonados y comenzamos una vida nueva en Cristo, todo lo viejo queda atrás y somos hechos nuevos en Cristo. 2 Cor.5:17


Paz = tranquilidad mental


Otra acepción de paz, es la tranquilidad mental.

Este sería el caso de las personas que buscan vivir una vida sin estrés, de personas que han sufrido mucho y quieren dejar el pasado atrás, de los que ya quieren dejar de estar afanados en el tema económico, o de los que quieren poder descansar sin que sus pensamientos los torturen.


Pero en la realidad comprobamos que aunque nos tomemos vacaciones, que aunque ganemos más dinero, aunque cambien situaciones externas de nuestra vida, dentro nuestro hay un vacío, una insatisfacción, una intranquilidad que no se apaga.


Muchos tratan de encontrarla en sistemas filosóficos, religiones, o en la filantropía y las buenas acciones, pero los resultados no son profundos, simplemente alivian los síntomas sin llenar de verdadera paz su ser interior.


La herencia


Pero hay una buena noticia, Jesús nos dejó un regalo a los que confiamos en El, un legado a manera de una herencia en su testamento de última voluntad.

Como dijo un comentarista bíblico, (Henry):

“A su Padre legó su alma, y su cuerpo a José. A los soldados les correspondió la vestidura. Puso a María bajo la protección de Juan. Y a sus discípulos les dejó su paz”


Príncipe de Paz


Jesús es el poseedor de la paz, y por eso puede dárnosla, El dice “mi paz os doy” porque El es el Príncipe de Paz, Is.9:6 y aquí la palabra príncipe en el original, se refiere al jefe, el dueño y gobernante de la paz, el que la tiene y hace con ella lo que quiere.


Ha decidido dárnosla


Y afortunadamente para nosotros El ha decidido dárnosla, pero lo aclara, no como el mundo la da, la paz que da Jesús no concuerda con el pensamiento generalizado de la sociedad, como vimos al principio, según nuestra sociedad la paz la tenemos cuando no hay guerras, cuando tenemos dinero, cuando nos llevamos bien con los demás, pero ya tenemos comprobado que eso no nos da la paz interior, la verdadera paz interior; y no la podemos buscar dentro de nosotros mismos, como se nos propone desde algunas religiones o sistemas filosóficos, porque no la encontraremos, la verdadera paz para nuestro corazón, nos tiene que ser dada, y esa es la paz que da Jesús.


Jesús no vino a dar paz en la tierra


Por eso Jesús dice en Lucas 12:51

51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.

El no vino a traer paz en la tierra, en el sentido que el mundo la da, porque por su causa hay divisiones, y lo vemos y comprobamos a lo largo de la historia, por su causa ha habido guerras, y persecuciones, incluso en forma personal nos pudo haber pasado a nosotros mismos.


La paz que da Jesús no es la ausencia de enfrentamientos.


Jesús da paz interior a sus discípulos


El da su paz a sus discípulos, paz interior, paz en medio de las tormentas, no quita las tormentas, ¡sino que nos permite estar en paz en medio de ellas!


Isaías 26:3

3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.


Filipenses 4:6-7

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.


El no nos promete una vida placentera y sin aflicciones, pero sí nos promete darnos su paz.


Como logramos esa paz mental, poniendo nuestros pensamientos en El, centrándonos en descargar aquello que nos aflige delante de El, confiando en Su poder y entregando nuestras preocupaciones en sus manos por medio de la oración, rogando delante de su presencia para que tome el control de nuestros problemas, y dando gracias. Dar gracias tiene un poder sanador increíble y nos ayuda a ver que no todo es malo, ¡que también hay cosas buenas en nuestra vida!


Confiad


Juan 16:33

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.


Casi en seguida de que Jesús habló estas palabras con sus discípulos, le apresaron, le torturaron y le crucificaron. Jesús los estaba preparando para ese momento, para que, aunque las cosas parecían salir mal, no tengan miedo, no pierdan la paz y la confianza, porque todo saldría tal cual como estaba previsto. ¡Y así fue!


Nosotros también pasamos por problemas, aflicciones, dolor, circunstancias inevitables que suceden a nuestro alrededor y que nos afectan, pero Jesús nos dice “confiad, yo he vencido al mundo” y esto nos trae paz.


La paz es un fruto


Gálatas 5:22

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe…


La paz es fruto del Espíritu de Dios en nuestras vidas, si entregas completamente tu vida a El, y vives por el Espíritu, la paz inundará tu corazón, sin importar las circunstancias a tu alrededor.


La paz entre hermanos


Efesios 4:3

3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;


Ese fruto del Espíritu tiene que verse reflejado en nuestra relación con los demás, la paz es lo que debe unirnos como hermanos en Cristo, porque todos tenemos el mismo Espíritu de paz.


A Dios no le agradan las “guerras entre hermanos”


Hay un verso de un libro, que se llama “Martin Fierro” de un escritor argentino (José Hernández), que dice:


"Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.”


Una paráfrasis del texto bíblico de Efesios!!!!!


La paz con todos


Hebreos 12:14

14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.


Incluso se nos dice que no podemos estar enemistados y enfrentados con nadie, porque tenemos que seguir la paz con TODOS, esto es una manifestación de santidad y dependencia del Señor.


CONCLUSION:


La paz verdadera no la podemos obtener por nosotros mismos, en primer lugar,

tenemos que ponernos en paz con Dios, entregando nuestra vida a Cristo, y luego Jesús el poseedor de la paz nos la dará.


¿Necesitas esa paz?


Ven a Cristo, El te la dará.


Pon tus pensamientos en Cristo, entrega tus preocupaciones a El en oración, descansa en El y dale gracias por todas las bendiciones que hay en tu vida, y el llenará tu corazón con una paz que sobrepasa todo entendimiento.


2 Tesalonicenses 3:16

Bendición final

16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.





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