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Las pruebas de la Resurrección

TEXTO: Juan 20:24-31 (RVR1960)


Incredulidad de Tomás

24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!

29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

El propósito del libro

30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.

31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.



INTRODUCCION:

Dentro de exactamente una semana se estará celebrando el “Domingo de Resurrección”, para muchos un tiempo de vacaciones, dentro de lo posible dadas las circunstancias; para otros un tiempo en el que comer platos típicos de la época, abundantemente, por cierto, y para otros un tiempo religioso.


¿Por qué es importante la Resurrección para nosotros?


Resurrección y Evangelio


En el capítulo 20 de su libro, Juan nos habla de un tema muy importante para todos nosotros, la Resurrección de Cristo.


El domingo por la mañana las mujeres, discípulas de Jesús, fueron al sepulcro, Jesús no estaba allí había resucitado, y esa misma noche Jesús se presenta donde estaban los discípulos reunidos, excepto Tomás.


¿Qué tiene que ver la Resurrección y el Evangelio?


La Resurrección es la clave del Evangelio.


El Evangelio no consiste en cumplir con los 10 mandamientos, ni vivir según el Sermón del Monte, ni en ninguna otra enseñanza sobre conducta en la Biblia.


No se refiere a nada que nosotros podamos hacer para conseguir la aprobación de Dios y librarnos de la condenación eterna de estar separados de Dios para siempre.


El corazón del Evangelio por el cual somos salvos, es la muerte y resurrección de Cristo. Rom.10:7-10


Dice la Biblia:

9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.


Cristo murió, fue sepultado y resucitó, según lo que ya estaba anunciado por las Escrituras. 1 Cor.15:1-4


La resurrección de Jesús, significa que queda completamente comprobado y corroborado que nuestra salvación está certificada, porque al no quedarse muerto Jesús, sino que su cuerpo volvió a la vida, queda suficientemente demostrado que la condenación de la muerte quedó anulada en Cristo.


Después de la Resurrección


Cuando los seres humanos se separaron de Dios, 1 Cor.15:22, ya nada podía volver a unirlos a Dios, estábamos condenados a una separación eterna, Rom.3:23, pero Jesucristo murió en nuestro lugar, porque El no lo merecía, y resucitó porque en El no había pecado, Heb.4:15, y por eso la muerte no pudo retenerle, y por eso pudo morir por nosotros, para que nosotros también podamos vivir eternamente en Su presencia. 2 Cor.4:14


Jesús resucitó, eso significa que Jesús está vivo hoy!!!! Rom.14:9


Santo Tomás el incrédulo


A Tomás se lo toma como ejemplo de incredulidad, le costó creer en la Resurrección de Cristo.


Y lo juzgamos en general de manera bastante dura, es cierto que viendo sus antecedentes en los evangelios podemos deducir que era una persona pesimista (Jn.11:16), y pragmático (Jn.14:5) y en este pasaje se nos dice que él tenía que “ver para creer”, v.25 una actitud humanista típica de nuestra época; muchos dicen: si viera a Jesús creería. Sin embargo, Jesús estuvo en este mundo 33 años, y en ese momento pocos creyeron en El. Jn.1:11


Tomás no fue ese día a la reunión


En este pasaje se nos dice que Tomás no estaba con el resto de los discípulos cuando se les apareció Jesús por primera vez, v.24


El típico creyente que falta a la reunión sin una excusa válida,


Hebreos 10:25

25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Y por eso se pierde la bendición de la presencia de Cristo junto a los hermanos en esa reunión,


Mateo 18:20

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.


Siempre que nos reunimos, Jesús está en medio nuestro, El lo prometió, si tu no estás te pierdes de disfrutar de la bendición de Su presencia, y de escuchar lo que El tiene que decirte.


¡Cuántos de nosotros somos como Tomás en este aspecto! Y no le damos importancia a reunirnos y compartir tiempo junto a los hermanos, porque allí está el Señor.


Jesús el primero en todo


Jesús fue el primero en resucitar, y nosotros también resucitaremos cuando El venga a buscar a su Iglesia. 1 Cor.15:23


Tomás decía que él quería poder tocarle, porque seguramente pensó que lo que vieron los demás discípulos había sido una alucinación, una visión o un fantasma. v.25, como incluso en la actualidad algunos afirman que fue lo que sucedió.


Su resurrección no es espiritual, El no es tampoco un fantasma, o un alma revivida, El tiene actualmente un cuerpo físico, diferente a las leyes materiales conocidas, pero es su propio cuerpo transformado, y así como El seremos nosotros, tendremos un cuerpo transformado cuando Cristo vuelva.


La palabra que se usa para “resucitar”, en griego, implica “levantar”, o sea el mismo cuerpo que se levanta, transformado, claro, pero el mismo cuerpo.


Tanto los que ya murieron como los que todavía no hayan muerto físicamente, en un instante, cuando suene la trompeta final, en un abrir y cerrar de ojos, cuando nadie se lo espere, seremos transformados.

1 Cor.15:35-54


Cristo vive hoy con un cuerpo glorificado, y está sentado en su trono en el cielo a la diestra del Padre, intercediendo por nosotros hasta el día que venga a buscarnos. Rom.8:34


Tomás no fue el único incrédulo


Pero Tomás no era el único al que le costó creer, a pesar de la caña que le metemos, a los demás discípulos también les costó creer.


Los discípulos salieron dispersados como ovejas sin pastor Mt.26:56 y después de la crucifixión, se escondían por miedo a las autoridades judías, estaban tristes y sin saber que hacer. Jn.20:19


Nos cuenta Lucas que los apóstoles no les creyeron a las mujeres cuando les dijeron que Jesús había resucitado, Lc.24:11, y Juan mismo nos dice que él creyó cuando vio el sepulcro vacío. Y también nos dice que hasta ese momento no habían entendido que Jesús iba a Resucitar. Jn.20:8-9


A pesar de que en reiteradas ocasiones Jesús se los había dicho. Por ej. en Mt.17:22-23


Pruebas de la Resurrección


- La prueba de los primeros testigos


No sólo Tomás necesitó pruebas de su Resurrección para creer.


Los demás discípulos también!!!


Jesucristo se apareció a sus discípulos, tanto a los apóstoles como a las mujeres que lo seguían, a otros seguidores aparte de ellos, más de 500 personas, y más tarde también se le apareció a Pablo, 1 Cor.15:5-19, y estos primeros creyentes llamados cristianos, lo que significa “pequeños cristos”, estuvieron dispuestos a dar su vida por este Cristo resucitado, ¡nadie está dispuesto a morir por una mentira!


- La prueba de las vidas cambiadas


Y también Jesús le dice a Tomás, v.29


29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.


A lo largo de la historia todos los que hemos creído en El y hemos recibido su perdón, hemos experimentado su presencia en nuestras vidas cambiándolas por completo. 2 Cor.5:17 La vida transformada de los creyentes a lo largo de estos mas de 2000 años es una prueba irrefutable de la realidad de Cristo en su Iglesia.


- La prueba de las profecías cumplidas


Dice el apóstol Pablo:


1 Cor.15:14

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.


Y sigue argumentando, porque si Cristo no resucitó los apóstoles serían falsos testigos, y sólo existe la muerte y nada más.


Las escrituras en numerosas ocasiones profetizaron de la resurrección del Mesías, muy claramente por ejemplo en los Salmos 16 y 22 y en Isaías 53, incluso vemos como Pedro (Hechos 2) y Pablo (Hechos 13) citan el Salmo 16 en sus argumentos.


Y como hemos mencionado antes, Jesús mismo les anticipó en numerosas ocasiones a sus discípulos acerca de su resurrección


- La prueba del Testimonio por escrito


Los evangelios nos han dejado registrado lo que vieron testigos con sus propios ojos y sus vivencias, son escritos directos que han llegado a nuestros días con un grado de fiabilidad irrefutable. Los estudios científicos sobre estos escritos avalan con total seguridad su veracidad.


Juan escribió su testimonio, algunas cosas no nos han quedado escritas, pero lo que escribió tiene un propósito, y lo deja especificado muy claramente:


31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


Una declaración de la Resurrección


Cuando creyó, Tomás exclamó una declaración que transformaría su vida:


28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!


Es en ese preciso momento cuando Tomás reconoce que Jesús es su Señor y que es Dios. Sólo Dios tiene poder sobre la vida y la muerte, Jesús siendo Dios pudo volver a tomar su vida, Jn.10:17.


Así como cuando también Pedro declaró:


Mateo 16:16

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.


Pedro reconoció a Jesús como Salvador y como Dios, y esa declaración también transformó su vida para siempre.


En nuestras vidas también tiene que haber un momento en el que se concreta nuestra conversión, en el que declaramos que Jesús es nuestro Señor y Salvador, que murió y resucitó por nosotros, como dijimos al principio, una declaración con nuestra boca y con nuestro corazón. Rom.10:9


¿Has tenido tu un momento como el de Tomás, o como el de Pedro, en el que le has declarado a Jesucristo que El es tu Señor y tu Salvador?


La mejor prueba


Jesús está vivo, El resucitó! Las pruebas y los testigos son irrefutables, sino investígalo por tu cuenta, pero la prueba más fiel será cuando sientas como Cristo transforma tu vida al confiar en El. Y cuando nos bautizamos después de depositar nuestra fe en EL declaramos de una manera gráfica y visible a los demás lo que nos ha sucedido espiritualmente, nuestra identificación con Su muerte y Resurrección.


Romanos 6:4

4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.


CONCLUSION:


El domingo que viene, domingo de Resurrección, recuerda que no es solamente el día de comer comidas especiales, que no es un día de descanso como cualquier otro, que no es un día religioso para cumplir con una tradición, es el día que recordamos que la historia de la humanidad cambió para siempre, que tu y yo podemos acercarnos al Padre gracias a que Jesucristo murió y resucitó, y que El quiere que seas de los bienaventurados que sin ver creyeron. ¡En esto consiste el Evangelio que predicamos!!!!





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