Mientras comían, Jesús tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, y les dijo: «Tomen, coman; esto es mi cuerpo.» Después tomó la copa, y luego de dar gracias, la entregó a sus discípulos y les dijo: «Beban de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de los pecados». Mateo 26:26-28
La noche más triste, pero la más recordada. Noche de promesas livianas y de traición, pero sobre todo de entrega. Están celebrando la pascua, la última pascua. Recuerdo y actualización de lo que Yahvé hizo allá lejos y hace tiempo, liberando de las garras de la esclavitud. Todos perciben en el aire que aquella noche no volverá a repetirse. Si aquella pascua de Egipto dejó el rito de una comida especial, ésta dejará como herencia una comida celestial. Es la nueva pascua. LA pascua de sus seguidores. Pan y vino. Sí, pero muchísimo más que eso. En ese pan y vino él se da a sí mismo. «Esto es mi cuerpo... esta es mi sangre del nuevo pacto». ¿Qué significa esto? ¿Cómo es posible que al comer y beber lo recibamos a él mismo? No lo tratemos de explicar. Si él lo dice, así será. Como cuando resucitó a Lázaro, o cuando Él mismo emergió de la tumba el domingo por la mañana. Su palabra lo dijo. Eso basta. Jesús quiso dejarnos no sólo un recordatorio de su muerte, una especie de souvenir espiritual. Él nos dejó un medio por el cual su comunión con nosotros es real, total. No es mágico. No es virtual. Tomar, comer, beber, creer. Somos alimentados de Él mismo y por Él mismo. El cielo sobre la mesa. La eternidad penetrando nuestro aquí y ahora. El perdón saboreado y compartido, recibido de su mano. Que esta Pascua te encuentre sentado a su mesa. Vengan a mí los cansados. Él quiere ser tu anfitrión. Querido Jesús: gracias por entregar tu cuerpo y sangre por mí. Aliméntame de tu perdón. Amén Para reflexionar: * ¿Con cuánta frecuencia recibes la Santa Cena? * ¿Cómo te sientes siendo un huésped en la mesa de Jesús? * ¿A quién puedes llevar contigo a la iglesia esta Pascua? Rev. Antonio Schimpf
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